Viajes por Filipinas: De Manila ? Marianas
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The Project Gutenberg EBook of Viajes por Filipinas: De Manila Marianas �by Juan lvar�ez GuerraThis eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and withalmost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away orre-use it under the terms of the Project Gutenberg License includedwith this eBook or online at www.gutenberg.netTitle: Viajes por Filipinas: De Manila Marianas �Author: Juan lvarez Guerra�Release Date: May 6, 2004 [EBook #12274]Language: SpanishCharacter set encoding: ISO-8859-1*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK VIAJES POR FILIPINAS ***Produced by Ginger Paque, Jeroen Hellingman, and the DP team, fromimages generously made available by the Biblioth que nationale de �France (BnF/Gallica) at http://gallica.bnf.fr.Viajes por FilipinasDe Manila Marianas �PorDon Juan lvar�ez Guerra(Primera Edici n) �MadridImprenta de FortanetCalle de la Libertad, N m. 29 �1887_Al Excmo. Sr. D. Rafael Izquierdo__A usted, mi querido General, quien tanto debe Filipinas, se debe �tambi�n este libro. Usted me nombr para una misi n cient fica en el � � �Pac f�ico. El nombramiento origin un viaje, el viaje, el libro que �tiene la honra de dedicarle su buen amigo_,El Autor_NOTA. Dedicatoria de la primera edici n. El General ha tiempo muri , � �mas su memoria me es tan respetada, como cari osa y leal fu mi � �amistad mientras vivi ._ ��NDICE DE CAP�TULOSCAP�TULO I.La _banca_.--El estero.--La chaqueta y el chaquet.--Nuevascostumbres ...

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The Project Gutenberg EBook of Viajes por Filipinas: De ManilaMarianas by Juanlvarez Guerra
This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included with this eBook or online at www.gutenberg.net
Title: Viajes por Filipinas: De ManilaMarianas
Author: Juanlvarez Guerra
Release Date: May 6, 2004 [EBook #12274]
Language: Spanish
Character set encoding: ISO-8859-1
*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK VIAJES POR FILIPINAS ***
Produced by Ginger Paque, Jeroen Hellingman, and the DP team, from images generously made available by the Bibliothque nationale de France (BnF/Gallica) at http://gallica.bnf.fr.
Viajes por Filipinas De ManilaMarianas
Por Don Juanlvarez Guerra
(Primera Edicin) Madrid Imprenta de Fortanet Calle de la Libertad, Nm. 29 1887
Al Excmo. Sr. D. Rafael Izquierdo _ _
A usted, mi querido General,quien tanto debe Filipinas, se debe _ tambin este libro. Usted me nombrpara una misin cientfica en el Pacfico. El nombramiento originun viaje, el viaje, el libro que tiene la honra de dedicarle su buen amigo , _
El Autor
_ NOTA. Dedicatoria de la primera edicin. El General ha tiempo muri, mas su memoria me es tan respetada, como cariosa y leal fumi _ amistad mientras vivi.
NDICE DE CAPTULOS
CAPTULO I.
La banca .--El estero.--La chaqueta y el chaquet.--Nuevas _ _ _ _ _ _ costumbres.-- sarao , el y catapusanManila progresa!--El _ _ la soire .--Colocacin de nombres.--Meiisig.--El ro de Binondo.--El Pasig.--La barra.--La Mara Rosario --El adis_ _ Manila.--Cavite.--Costumbres--Moyss y las doce tribus--La primera noche abordo.--El baldeo.--La laguna encantada.
CAPTULO II.
_ _ Recuerdos de Silam.--Ordoez y O cuidado. --Enate--El yo marcha.--Sungay.--Talisay.--La Capitana Ramona. Tiempo viejo.--Los labios de un chico y la boca de una chocolatera.--Perlas y brillantes--Laguna encantada.--El crter.--Volcn de Taal.--Grandiosidad del volcn--Erupciones notables.--Sueo del coloso.
CAPTULO III.
Punta Matoco.--Calmas.--Isla Verde.--El sudeste.--Marinduque y Mindoro.--Razas salvajes.--Sus costumbres.--Los negritos netas.--Su _ _ _ _ manera de ser.-- Inalug y Acubac .--De puerto Galerapunta Bunga.--Horizontes de Marinduque.--Isla Banton.--El Padre Pablo.
CAPTULO IV.
El fraile en Filipinas.
CAPTULO V.
El Estrecho de San Bernardino.--Cabeza Bondog.--Ruinas.--El volcn Mayon.--Ancla!--San Jacinto.--Su Iglesia.--La india Ignacia.--El _ _ toque de oracin.--El atung-taqus .
CAPTULO VI.
La mujer india.--Angu.--Pepay la sinamayera.--���Una!!!
CAPTULO VII.
Espaa en Filipinas.--Colonizacin.--Poltica.--Tolerancia religiosa.--Juramento chnico.--Pascuas, festejos y _ _ Confucios.--El matand. --El municipio dentro del municipio.--El empleado.--Patritico aviso.--Desconocimiento de Filipinas.--Reformas y mejoras.
CAPTULO VIII.
Islote de San Bernardino.--El Gran Pacfico.--Cielo y agua.--Nostalgia.--El secreto de las mareas.--Calma sospechosa.--Pesca del tiburn.--Los crepsculos en la mar.
CAPTULO IX.
Orza!--De vuelta y vuelta.--Tiempo duro.--Siniestros _ _ preparativos.--Falta de crepsculo.-- La piel de zapa .--El _ _ tifn!--Baja de barmetros--Pobre Mara Rosario! --Horas de agona.--Las seis de la tarde del cinto de Agosto.--Una pulgada de descenso!--Salida de la luna.--Esperanzas.--Fnebres fechas.--El _ _ Malespina. --Cuatro das sin comer.
CAPTULO X.
Veintitrs grados en treinta y tres das.--Inseguridad en la monzn del SE.--Calmas desesperantes.--Los viajes largos.--Los ranchos.--Tierra--Costas de Guajan.--Islote de las Cabras.--Puerto de San Lus de Apra.--Vegetacin de Marianas.--La sanidad y la capitana del puerto.--Desembarque.
CAPTULO XI.
Historia de las Marianas.--La tradicin.--Los _ _ chamorris.--Intolerancias.--El Pico de los amantes . -Divisin de -razas.--Tinian.--Sarcfagos antiguos.--La casa de --Leyendas y Taga _ _ _ _ _ _ supersticiones.--Cultos y creencias.--Los macambas .--El zazarraguan y el caifi --Los anitis .--La pea de Fuua. _ _ _ _ _ _
CAPTULO XII.
El siglo XVI.--Hernando de Magallanes.--Capitulaciones.--La _ _ _ _ _ _ Capitana , el San Antonio , la Victoria , la Concepci eln y .--Sebasti Santiagon Elcano.--Llegada al _ _ _ _ Brasil.--Invernadas.--Rebelin abordo.--Comunicaciones de mares.--El paso del Sur.--Bula de Alejandro VI.--Las Velas latinas.--Islas de los Ladrones.--Navegacin penosa.--Isla de Ceb.--Muerte _ _ de Magallanes.--La Victoria .--Vuelta al mundo.--Llegada_ _ Sanlcar.--Otras expediciones.--Legaspi.--El nav Damio Sann .--Lus de San Vtores.--Doa Mariana de Austria.--Primera misin.--Verdadera posesin.
CAPTULO XIII.
_ _ Adelantos de la misin.--Oposici .--Saipan y macambasn de los Rota.--Los urritaos .--Tradiciones, usos y costumbres.--Colegio de San _ _ Juan de Letrn.--Crnicas de los jesutas--Hostilidades.--Asesinato de San Vtores.--Una modesta cruz.--Los Padres Solano y Ezguerra.--El almirante Coello.--Nuevos asesinatos.--Represalias.--D. Juan Santiago.--El Gobernador Irrisari.--Descubrimientos al Norte de Agaa.--Marianas en el siglo XVIII.
CAPTULO XIV.
Archipilago de las Marianas--Historia moderna--Guajan.--El pueblo de Agaa.--Puerto de Apra.--Punta Pat.--Flora y fauna.--La mujer de Marianas.--M. Arago.--Ingratitud.--Caridad espaola.
CAPTULO XV.
La plaza de Agaa.--La iglesia.--El monte de Santa Rosa.--La atalaya.--El reloj de Agaa.--Faro original.--Vida en Marianas.--Casas, huertas, cultivos, ros.--Vegetacin de Oriente.--Elrbol del pan, y el dug-dug .--Cageles.--La Isla de Pagan.--Riqueza _ _ perdida.--Desconocimiento del pas.--Reputaciones usurpadas.--En tierra de ciegos....--Hormigas coloradas y ratas --Los caballos y . las auroras . _ _
CAPTULO XVI.
Reduccin de vecindario en las Marianas.--Islas habitadas.--Rota.--Su poblacin.--Promesa religiosa.--Comercio y agricultura.--Antiguas invernadas.
CAPTULO XVII.
Poblacin.--Razas.--La providencia del salvaje.--Los carolinos.--Gastos ingresos.--Milicias urbanas.--El chamorro.--Sus inclinaciones, su moral, sus trajes y costumbres.--Ilustracin.--El Padre Ib��ez y D. Felipe de la Corte.--Cuatro palabras por va de eplogo.
CAPTULO I.
_ _ La banca .--El estero.--La chaqueta y el chaquet.--Nuevas _ _ _ _ costumbres.-- catapusan , el saraoManila progresa!--El y la soire.--Colocacin de nombres.--Meiisig.--El ro de Binondo.--El Pasig--La barra.--La Mara Rosario .--El adis_ _ Manila.--Cavite.--Costumbres.--Moyss y las doce tribus.--La primera noche abordo.--El baldeo.--La laguna encantada.
Los primeros albores del nacimiento del 10 de Julio de 1871, apenas se transparentaban por las conchas de mi alcoba, cuando fudespertado _ _ por el criado, anunci bancas estaban listas en elndome que las _ _ estero para conducirnos abordo. _ _
Una ligera escalinata une el ro de Binondo con la casa, asque, previos todos los correspondientes requisitos de marcha, desde reconocer los bultos, hasta dirigir laltima cariosa miradalos muros que han sido por largo tiempo confidentes de nuestras amarguras y testigos de nuestros placeres, muros quenadie ms quemi rompern su mutismo, si algn da vuelvointerrogar sus blancos lienzos con el lenguaje de los recuerdos, pasde la casa al bote, al par que los aljofarados dedos de azul y ncar de los genios del Oriente abran los espacios para dar paso al majestuoso gigante de la luz.
La corriente favorableconsecuencia de la alta marea y la desusada actividad de seis remeros aguijoneados con la esperanza de una propina, _ _ _ _ hac batangas sean que las deslizaran r . esteropidamente por el
Aqu, si nuestro trabajo no llevara el carcter de un viajela ligera, nos detendramos en muchas pginas; mas, sin embargo, como la rapidez de una banca no es, ni la que da aliento una caldera _ _ _ _ _ _ de vapor, ni una ventolina de empopada , ni aun la pujanza de cuatro hijos de las verdes vegas de la Cartuja, tenemos tiempo de ver y apreciar en el largo espacio que media desde el Trozo hasta _ _ _ _ que se entra en el caudaloso Pasig .
Que Manila poda ser una segunda Venecia nadie lo ignora.
Tiene en lo que constituye sus arrabales, la vida y la actividad, donde refluyen las transacciones, la riqueza y casi casi nos permitiremos decir, que el buen tono.
Hoy Manila tambin tiene buen tono.
La moda lo mismo traspasa masas inmensas de granito, como grandiosos Ocanos de agua salada.
De allende los mares vino un rumor que propalaba que en otras ciudades haba palacios y parterres, con flores, pjaros y fuentes, y Manila quiso tenerlos. La piqueta abricimientos, el martillo golpela piedra, la paleta mezclargamasas y ... las antiguas costumbres representadas por la clsica chaqueta blanca y el ligero sombrero de Burias , temblaron en los modestos aparadores de sus tradiciones y _ _ de su dilatada historia.
_ _ Los hoteles del Sena, las quintas suizas y los palacietes de Recoletos tuvieron un eco que contestabalos rumores que trajo la moda.
_ _ Lo que fueron modestas barriadas, hoy se llaman calzadas por _ _ el vulgo, pues en el argot del gran mundo se llaman barrios aristocrticos.
Hemos dicho, creemos por dos veces, que Manila tiene su gran tono, que hace lo que en todas partes, esto es, nada: vivela superfluidad del botn de la librea y la tersitura de la cabritilla; sus disgustos est caballo, en los mil aristin deln compendiados en elmetros _ _ del sombrero del cochero, en la estatura del lacayo, en la arruga del fracen la pureza de una piel que la Rusia ha hecho necesaria.
Los cimientos de los aristocrticos barrios relegaronsu fondo la clsica chaqueta, apareciendo prendas tan poco conocidas en el Archipilago, como el chaleco, el sombrero de copa y el chaqu.
Esto era en los cimientos, pues antes de abrirse aquellas hijas legtimas del viejo mundo, en este [1] andaban por connaturalizar apareciendo vergonzosas, mustias y deslucidas con alguna que otra caricia de los insectos del poco uso, cuando el repique de todas las campanas convocaba al Real Gobernador, al Real Acuerdo, al Real Consejo, al Real Cuerpo de Alabarderos del Real Sello, para oir de _ _ bocas reales in partibus decretos de la Real Majestad que gobernaba los dos mundos.
El imperio de la chaqueta era tan general como lo real; por entonces todos vestan chaqueta, como todos pertenecanuna corporacin, municipio, archicofradainstituto real.
Todo era chaqueta y todo era real.
La majestad andaba en chaqueta.
_ _ Mas ... cesaron de venir las naos , se bendijo la aduana de Manila, la que deca un clebre rey llegaraverla desde Madrid, calculando su altura segn su coste; se establecieron los chinos, desaparecieron _ _ los velones de tres mecheros, dando plazalas modestas virinas , quesu vez haban de dejar el campolos dorados, los bronces y los cristales tallados.
El imperio de la hoja de lata, hermana gemela de la chaqueta tocaba su fin.
El ruido de la piqueta que abra los cimientos de las nuevas costumbres era el memento de su existencia.
Tras las primeras piedras vinieron las escalinatas, ms tarde los parterres , y por progresosltimo, las verjas, apareciendo en estos _ _ _ _ el frac, el aceite de bellotas, las libreas, los velocpedos, los polisones y los ataques de nervios.
Ya apenas existe el recuerdo de la chaqueta, verdad es que la vida de
_ _ Manila en sus relaciones con el confort caminapasos agigantados.
Aqu, donde el centgrado marca una temperatura que derrite, hmeses que se expenden (!) pieles, y facturas de ... guantes de cabritilla (!).
Los guantes de cabritilla son coetneos de la escarapela en los seores de los pescantes y el clat en los seores de los salones.
Antes en Manila se conoca al dueo de un coche por su cara, hoy se _ _ le conoce por su cochero, que viene aliasser elseudnimo da su amo ...
Manila progresa!
_ _ _ _ _ _ Los alegres catap llamaronsanes se saraos y hoy soarees con _ _ _ su buffet , sus emparedados, su ponche Petitla romana y hasta su _ _ _ Journalsu Correspondencia , que al da siguiente pregona que la bella seorita de tal estaba hecha una princesa, su mamuna reina y su papun bajde tres colas, que dando la majestuosa familia encantada de las letras, por m individuo astillas dels que saquen _ _ que las escribe.
Seh?con qutambin hay eso?
Ya lo creo, como que Manila adelanta, y vaya V.dar gusto en letras de moldeuna sociedad que adelanta. Como al pobre infeliz que empua la trompeta de la publicidad se le olvide un detalle, como deje de decir que una lmpara tena seis lucesque el nio pequeito hizo la desgraciada gracia de verter sobre una faldaun pantaln una bandeja de sorbetes,que en un guardapelopulsera se lea la inscripcin de Perico, de Lus,de Pepe, harto tiene el pobre gacetillero, y ms de una vez oircosas que le harn renegar del incienso vertido y de las prodigadas alabanzas.
Pues no digoustedes nada en la cuestin de colocacin de nombres; aquel simple resentimiento, se convierte en un proceso compuesto de un sin nmero de cargos.
Si Fulanita tuvo tienda de sombreros, y la han puesto antes quemi, que tengo un escudo ms grande que el del Cid, con ms barras que las de Aragon y ms leopardos que en el San Gotardo; que Zutanita ha sido preferida cuando no hmucho que deca miste que Dios ; _ _ que la de ms allesta encima de la de ms ac, siendo aquella una empleada subalterna, y la mam agraviada sietede la veces usa; que _ _ mi primo el ministro me da derechos; que mi posicin, que mi marido, que mi modista me los danm mente in, estas y otras reflexiones _ _  mezcladas in lengua con adjetivo msmenos duros contra el _ _ pobre autor, constituye la comidilla , del da siguiente. _ _
Porltimo, caballeros, que Manila progresa lo atestiguan los libros de caja de Roensch y Madama Sprin.
Sin querer hemos llegadola caja, es decir hasta el dormitorio de la moda.
Hemos presentado el teatro.
Respetemos los bastidores....
Estas y otras observaciones iba haciendodos buenos amigos que me acompaaban: uno de ellos que viene interviniendo hace muchos aos en los acontecimientos de mi vida y que alberga en su alma tanto cario, como en su cabeza buenos pensamientos, me oa sin pestaear, no s
si por el asentimiento de la conformidadpor el ensimismamiento producido por la idea de la separacin: ambasdos cosas podan ser, pues lo primero es verdad, como verdadero lo es el cario que desde nuestros primeros aos nos une.
Los remeros seguan bogando y yo charlaba comparando la vida de los _ _ arrabales por los cuales se deslizaba la banca , con la sombra y triste que se experimenta en el recinto amurallado.
Hemos dicho que Manila poda ser una segunda Venecia, pero ... no lo es.
Tiene canales, pero estos no reflejan obras de arte, sino en su mayora ruinas y suciedad; sobre sus aguas no se pasean poticas gndolas, templos del amor y del arte, sino sucias bancas tripuladas por no _ _ menos sucios remeros; no esponjan las plumas en sus orillas cisnes ni oropndolas, mas en cambio invaden la corriente, que mentiramos _ _ si dijramos cristalina, slfides chinas y bronceadas ondinas.
Volvemosrepetir que Manila,mejor dicho la nueva Manila, que la forma la inmensa poblacin que se ha creado fuera de los fosos, poda ser una segunda Venecia, no lo es, no por falta de deseos, no por falta de conocerlo, sino porque se opone hoy por hoy la tradicin de la costumbre, la indolencia que crea el suelo, la manera de ser de la localidad y los cuantiosos caudales que haban de gastarse _ _ en la limpieza, arreglo y conservaci esteros quen de los muchos _ _ _ _ serpentean por Binondo, Quiapo y Tondo .
La suciedad en quepesar de la vigilancia que se ejerce estn los esteros , principalmente se debela inmensa emigracin de chinos, _ _ los cuales, en gran nmero habitan sus orillas, impregnndolas de la incuria y falta de limpieza que ellos observan. El chino es la entidad jornalera ms perfecta que se conoce en Filipinas, pero tambin es la panacea ms acabada de la hediondez, la cualnicamente se puede contrarestar con las continuas y eficaces requisas de la autoridad que vigila sus domicilios, verdaderos tugurios en que se hacinan cientos de ellos.
_ _ _ _ Contemplando los modestos bajais de caa y nipa entremezclados de alguna que otra construccin de piedra y tabla, llegamos al puente de Meiisig , variandogolpes de remo la diversidad dellos pocos _ _ paisaje, puesto quela desembocadura del estero desaparece la caa y la nipa por regulares construcciones de slidos materiales.
medida que el ro de Binondo caminasu desage, aumenta el movimiento en sus orillas y en sus corrientes. Cargadores chinos provistos de resistentes pingas , pesados cascos repletos de abac; _ _ _ _ _ paraos, bancas y botes llenos de mercancas que la exportacin de _ las provincias del Norte, de China y del Japn traen al mercado de Manila, es lo que compone el cuadro hasta los lmites, en que el modesto Binondo confunde sus aguas en las caudalosas del que nace en la extensa Laguna de Bay, entre la salvaje poesa que despiertan los _ _ _ _ panoramas que presentan el Castillo de flores , el Pecho de Dalaga , los Tanques de Paquil y las bellezas del Talim . _ _ _ _
Una vez dentro de las aguas del Pasig, el movimiento de la banca se hizo duroconsecuencia de la corriente y la marejada.
Dejamos por la popa el puente de Barcas,nico paso gratuito que une _ _ el viejo mundo manileo con el moderno, y entre voltejeando por barcos de todas especies y dimensiones, pasaron ante nuestra vista los _ _ artesonados gticos de Santo Domingo, las columnatas (!!) de los camarines de la Aduana provisional (si no furamos de prisa, veran nuestros lectores que en Filipinas todo es provisional), los bonitos
_ _ parterres de la Capitana del Puerto, los sombros muros de la _ _ Fuerza de Santiago, la actividad del Carenero y el extenso Malecn.
A medida que nos acercbamosla barra , la boga se haca ms _ _ difcil.
Estbamosmedio cable de aquella. Cuatro golpes de remo, y la quilla de la banca entrara en los inmensos dominios de los mares. _ _
Fijamos la incesantemente nace queltima mirada en la blanca espuma y muere al gemir de las olas que rompen en las piedras del Fuerte _ _ del Sur, y ...cu Marl es laa Rosario ? preguntal patrn.
_ _ --Aquella, seor,--dijo, sealando un barco armado de brick-barca .
Los detalles de la Mara Rosario , cada vez se iban delineando _ _ _ _ _ _ con ms precisin. La extensin de su eslora guinda, y puntal era proporcionada, no assu manga que era mucha, lo que nos hizo _ _ presagiar que sus balances haban de ser muy sensibles.
La Mar lista para darse estabaa Rosariola vela con rumbolas _ _ islas Marianas.
A las ocho de la maana pisamos la meseta del portaln de babor, recibindonos los ladridos del perro ms gordo que jams hemos visto.
Posesionados de la cubierta despus de arreglar el camarote, esperamos la visita de salida.
A las doce, listos en toda regla, dimos vela con todo aparejo largo en demanda del Corregidor, con viento flojo del N., mar tranquila, barmetros altos y horizontes celaginosos.
A las tres de la tarde el viento segua muy flojo, en cambio el calor era insoportable.
Apenas andaramos una milla por hora.
_ _ A la banda de babor tenamos las costas de Cavite.
Cunto recuerdo tiene para nosotros Cavite!
Le queremos cual si fuera el pueblo que nos vinacer; entre su alegre bullicio pasamos muchos meses encontrando cario, consuelo y amistad.
El istmo de San Roque con su mar de Bacoor, incesantemente llena _ _ _ _ _ _ _ de empavesadas bancas que traen y llevan cigarreras; el seno de _ Ca encuentra un seguro anclaje la flotante poblaciacao donden _ _ de nuestros alegres marinos; las populares fiestas de Porta Vaga _ _ con los pantalanes incesantemente llenos de alegres caras, que van y vienen en pequeos vapores engalanados y provistos de msicas; las decidoras sanroqueas con su pequeo y airoso tapis , su jerga _ _ _ _ especial y su picaresca malicia; las poticas bvedas de entrelazadas _ _ _ _ caas que dirigen playa chica ; los melanclicos cundiman del barrio de San Rafael y la Caridad; la misma arena de la playa en la cual un da y otro da hemos visto llegar la ola y borrar nombres que nuestro deseo escriba sobre la movediza materia; la franca y leal amistad con los valientes marinos, verdadero elemento que da vidaCavite; las histricas mascaradas de Noche Buena en que sinn dalagas , suelto su hermoso pelo recorren las callesmero de _ _ en medio de grotescos grupos en que un indio vestido de moro ostenta muy grave un cartel que dice es Moiss, en que las doce tribus van representadas por 12 individuos adornados con los deshechos de todas las guardarropas, y en que el precio de la progenitura no negamos
podrestar caracterizado por las prosaicas lentejas, pero que si _ _ _ _ van estas, lo son mezcladas con morisqueta en un inmenso bilao que lo suelen colocar debajo de la oliva del huerto,cuya sombra _ _ no se apuran las heces de la amargura, sino sendos tragos de tuba mezclados con los jugos de la bonga y la cal del buyo ; todo, _ _ _ _ todo pasaba ante la vista y ante la imaginacin.
El barco acelersu marcha confundiendo en una cinta verde los dilatados campos de la Estanzuela . _ _
Adis risueas playas!Adis, gratos recuerdos!
Naig, Marigondon, Santa Cruz ... fueron quedando tras de la estela _ _ de la Mara Rosario .
Los lmites de la provincia que constituye la Andaluca de Filipinas desaparecieron.
_ _ Los horizontes del primer cuadrante se mostraron aturbonadosla cada de la tarde.
Los primeros destellos de la farola del Corregidor alumbraron, al _ _ par que rebasbamos Pulo Caballo , saliendo de la inmensa baha de Manila por Boca grande . _ _
Despus cada cual procurresguardarse lo mejor posible de las miles de cucarachas que invadan la cmara, y despus ... el sueo, el sudor y los insectos imperaban en la parte animadainanimada de nuestro individuo.
La faena del baldeo, el montono y acompasado canto de la marinera, el ruido de la maniobra y los desesperados ladridos del perro, me despertaron en la madrugada del 11.
_ _ Durante la noche habamos rebasado el Limbones , alumbrando Puerto los primeros rayos del da la pequea isleta de Fortun por la proa, confundindose en los lejanos horizontes los elevados picos del Sungay, lmites de la provincia de Cavite.
_ _ Ci yendo aparejo aprovechando vela, algo fuera de rumbo, pudimos ganar Punta Santiago , entrando por efecto de los continuos cambios de _ _ viento y las corrientes en el Seno de Balayan , pudiendo notar en las _ _ tierras de la provincia de Batangas, las pintorescas casas de Taal, hermoso pueblo que se eleva en las cercanas de la laguna llamada por algunos Encantada , sobre la cual se levanta el clebre volcn _ _ de Taal, del que no podemos pasar sin decir algonuestros lectores.
CAPTULO II.
_ _ Recuerdos de Silam--Ordoez y O cuidado .--Enate--El yo marcha--Sungay--Talisay--La Capitana Ramona.--Tiempo viejo--Los labios de un chico y la boca de una chocolatera.--Perlas y brillantes--Laguna encantada.--El crter.--Volcn de Taal--Grandiosidad del volcn--Erupciones notables--Sueo del coloso.
El ao 1869 recorriendo la provincia de Cavite tuvimos ocasin de pernoctar en el pueblo de Silam, clebre entre otras cosas por criarse un cafque, fin gnero de duda, puede competir con el mejor de Moka.
En la ca convento y ya entrada en horas la noche, charlda delbamos _ _
sobre la madre patria, el cura del pueblo, excelente padre de la Orden de Recoletos, un oficial de partidas y mis queridos y buenos amigos de expedicin, Melchor Ordoez y Ciriaco Oate, ayudante el primero del General de Marina y mdico militar el segundo.
Despus de haber rodado la conversacin por todos los tonos y de haber evocado nuestra memoria los queridos recuerdos de Espaa, nos ocupamos de la localidad. Explicndonos el Padre los productos, se hablde las vecinas cordilleras del Sungay,cuya falda se extiende la laguna llamada por unos de Bombon, por los ms de Taal y por algunos Encantada, nombres todos justificados y que tienen su origen, el primero por haber existido en aquellas inmediaciones un pueblo llamado Bombon, el cual fusumido en los horrores de una erupcin; el segundo lo justifica la hermosa y extensa poblacin que se asientalas orillas de la laguna, y porltimo, el tercero lo ha encontrado la imaginacin oriental en la salvaje y bella perspectiva que presenta aquella inmensa masa de agua sobre la que se levanta el sombro monte del volcn.
Mis compaeros de viaje, que tiempo hacia tenan, no la curiosidad de ver el volcn, sino el legtimo deseo de estudiar en cuanto cabe sus misterios, recogiendo sobre el terreno su historia, interrogaron al Padre sobre la manera de hacer el viaje, formulando todos la resolucin de ir al volcn costara lo que costara. Hecha la decisin, se llam_ _ un gua, y este, que era un viejo los m tulisan des conocedores del bosque, oycon toda la imperturbable indiferencia india nuestros _ _ deseos, contestando con un sacramental y lac cuidado .nico yo
_ _ El yo cuidado , en el lenguaje filipino, es la sntesis de la _ _ _ _ filosof yo de el no yo ya, es el extracto del refinamiento del Hegel y Krausse aplicado cuidado lola India. Yo dice todo unas _ _ veces, y otras no dice nada; ora es un consuelo, ora una amenaza, ora un asentimiento, ora una esperanza, ora un recuerdo, ora una splica, en fin, es todo, lo encierra todo, lo expresa todo en el vocabulario del indio siempre parco en el decir. Increpadun indio sobre el no cumplimiento de sus deberes, y silaltima frase de la filpica os _ _ contesta con un yo cuidado , aquella frase es la atricin completa de la enmienda. Despertadle los celos, hacedle entrever que su babay _ _ escucha amoroso cundiman , alza el cogondescorre las conchas_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ significativas enfrentadas, y si le o yo cuidado , vers murmuraris en aquellas palabras estereotipado el paroxismo de los celos. Llevadsu inteligencia el hilo de una aventurilla y el yo cuidado en este _ _ _ _ caso envuelve toda la argucia buscona de la histricapoca de capa _ _ y espada. Que una mestiza de corto y airoso tapis , pintarrajeada _ _ saya y sombreada camisa de pia , entrelace su hermoso pelo con _ _ _ _ sampaguitas en el caracter , que llevestico pusodsus ojos _ _ esa dulce languidez llamada matang-mapungay, propia solo de las _ _ _ _ hijas del Oriente, que formule un deseosu cuidado yo elol y en este caso es la realizacin completa del mas exigente capricho.
El yo cuidado tiene tanta latitud, dice tanto, es aplicable_ _ tantas cosas, afirma y niega tantas otras, que es imposible darle su verdadero valor. Es una frase propia de Filipinas imposible de traducir en su prctica significacin en ninguno otro pas.
Yo cuidado , nos haba dicho el matand; asque ya no tuvimos _ _ _ _ que hacer nada en la seguridad de encontrarlo todo hecho. El gua saba queramos ir al volcn; la sola concepcin de este deseo y el yo cuidado , bastan para comprender que lo dispondra todo, yndonos _ _ en tal confianzaacostar, al tiempo que la hermosa y clara luna nos anunciaba que aun cuando tuviramos que caminar de noche su plateado disco nos enviara luz y alegra.
Escaso fuel reposo, pues an no alumbraba la aurora cuando fuimos
despertados. El despertar para madrugar siempre modifica en elnimo los proyectos del da anterior. Una noche de insomnio robustece las ideas, las penaslas alegras, como por el contrario, las horas en que las sombras baten su beleo sobre nosotros entregndonos al reposo, modifican, alientan, consuelan el espritu.
El bueno de Oate, que hay que despertarlotiro de fusil, se volvidel otro lado, pidiendo le dejaran de volcn, de Sungay y de expediciones; Ord��ez, acostumbradodesechar la pereza en la ruda campaa del marino, puso los huesos en punta, y yo le grit Oate en todos los tonos:--Vamos!arriba! la laguna nos espera!--dando por resultado el que el interpelado tras un largo bostezo se incorporara en la cama.
Listos y provistos de todo, dimos un carioso adis al Padre, y montados en los ligeros caballos del pas, tomamos el camino del vecino Sungay,la hora en que los primeros ecos de la campana del convento despertaban al pueblo de Silam, llamandolos indiosla oracin de la maana. Confiados al gua y al notable instinto de los _ _ caballos, tras algunos dilatados campos de palay y varios grupos _ _ de calumpang , desaparecitodo camino ante la compacta barrera de cogonales que se extendanuestra vista. Con harta dificultad y no _ _ menos precauciones por el temor de encontrar alg cimarrn carabaon, caminamos por espacio de una hora valindonos de la voz para no perdernos, puesto que nos tapaban completamente los penachos del _ _ cogon . Tras un trayecto que nos fusumamente difcil de correr, se aclarla maleza dejando el habla al ponernosla vista; pocos pasos ms y los cascos de nuestros pequeos caballos pisaran las faldas del _ _ Sungay , cuyas crestas las envolva las densas brumas de la maana.
Dimos unos momentos de descansolos caballos, arreglando lo mejor posible nuestro equipo, empapado en el agua que nos haba regalado _ _ el roco que la humedad de la noche deposit . cogonen las hojas del
Trabajosamente y confiados en un todo al instinto de los caballos, principiamos la ascensin del famoso monte. Las afiladas hojas de la fresa silvestre y las entrelazadas ramas de las guayabas, obligaron ms de una vezque se hiciera uso de la cuchilla para dejarnos paso en aquellos estrechos desfiladeros apenas hollados por humana planta.
El Sungay, con sus innumerables precipicios, sus estrechas cortadas revestidas de musgos y helechos, su vegetacin virgen, los panoramas que se admiran desde sus pintorescas mesetas, el rumor de arroyos y cascadas que lo salpican, los indescriptibles y misteriosos ruidos que produce el bosque en la hoja que oscila, el ave que cruza, el agua que gime, la guija que rueda, el insecto que zumba y los miles de millones de seres que componen el impenetrable mundo de lo infinitamente pequeo, con sus cantos, su lenguaje y su idioma, tan impenetrable como lo son los profundos misterios de los ocanos de luz donde giran las creaciones de lo infinitamente grande, compendian uno de los sitios ms bellsimos de la perla del Oriente.
Un amanecer contemplado desde una de las alturas de Sungay es indescriptible. Las tintas que proyecta el sol naciente en las nubes y los cambiantes que se suceden en los horizontes de verdura, poseen una riqueza de luz y una fuerza de colores tan potente, queser posible trasladarlas al lienzo se creera el sueo de un artista.
De hondonada en hondonada; y de precipicio en precipicio, dieron las cabalgaduras con nuestros huesos en el trmino de la ascensin. Nos encontrbamos en la lnea que divide las provincias de Cavite y Batangas. La divisin de estas provincias la deciden la direccin de las corrientes que se deslizan por las pendientes del Sungay.
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