Historia del Perú independiente
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POR
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Los viles, los corrompidos y
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aduléis! La palabrano os del
sabio es la sanción de la pos-
teridad. La virtud se encar-
gará de sacaros á la vergüen-
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CAPITULO I
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fiel de lo que serían los posteriores, es decir, so.
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alta misión; entidades parlamentarias nulas;
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la puesto, nines; sin más importancia que del
malicia que la de hacer pagar bien susotra
servicios al Estado.
Según ellos su tarea consistía en dictar IcA^es.
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Tenían también que enseñarle al pueblo, en
respe-vez de la obediencia ciega al monarca ...

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'*:'T,'1^^ HISTORIADELPORM. NEMESIO VARGASLos viles, los corrompidos ylos políticos,reos se ¿ilhagan ádiciendosí mismos que nohaysanción. ¡Mentira, miserables,aduléis! La palabrano os delsabio es la sanción de la pos-teridad. La virtud se encar-gará de sacaros á la vergüen-za en la ominosa picota de laHistoria.Vargas.IITOl^^OLIMAI.Mi'. DE "La Abeja.—JrxiN N.° 9371906 , El autor se i-eserva todos los derechos, inclusiveel de traducir estaobra á otrosidiomas HISTORIALDELPerú lT)depe-ndieT\teCAPITULO IEl primer congreso del Perú fué tina imagen ^^-^^fiel de lo que serían los posteriores, es decir, so.una agrupación de aspirantes políticos en laque sobresalían algunos; inconscientes de sualta misión; entidades parlamentarias nulas;incapa-con pretensiones de grandes oradores;excepcio-ces de valer por sí mismos con rarasla puesto, nines; sin más importancia que delmalicia que la de hacer pagar bien susotraservicios al Estado.Según ellos su tarea consistía en dictar IcA^es.No sospechaban que sus acciones sus pala-ybras tenían que ser para el pueblo leccionesincumbíaprácticas de civismo; que á ellos lesrégimen, 3' muyla faena de acreditar el nuevodenunciarpronto los veremos sin valor parala por conservar allas intrigas de ambición,amigo, el temor de atraerse enemistades ó elsuscitarse en contra las iras del poder.deTenían también que enseñarle al pueblo, enrespe-vez de la obediencia ciega al monarca ..." />
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DE "La Abeja.—JrxiN N.° 937 1906 , El autor se i-eserva todos los derechos, inclusive el de traducir estaobra á otrosidiomas HISTORIAL DEL Perú lT)depe-ndieT\te CAPITULO I El primer congreso del Perú fué tina imagen ^^-^^ fiel de lo que serían los posteriores, es decir, so. una agrupación de aspirantes políticos en la que sobresalían algunos; inconscientes de su alta misión; entidades parlamentarias nulas; incapa-con pretensiones de grandes oradores; excepcio-ces de valer por sí mismos con raras la puesto, nines; sin más importancia que del malicia que la de hacer pagar bien susotra servicios al Estado. Según ellos su tarea consistía en dictar IcA^es. No sospechaban que sus acciones sus pala-y bras tenían que ser para el pueblo lecciones incumbíaprácticas de civismo; que á ellos les régimen, 3' muyla faena de acreditar el nuevo denunciarpronto los veremos sin valor para la por conservar allas intrigas de ambición, amigo, el temor de atraerse enemistades ó el suscitarse en contra las iras del poder.de Tenían también que enseñarle al pueblo, en respe-vez de la obediencia ciega al monarca, el to esclarecido á la le^-: matar el proteccionis- del su-mo ]3olítico para acatar la imposición fragio derecho divino delibre; reemplazar el 4- HISTORIA DEL PKRU reyes, por eldeberde elevar al i)riinerpuestolos al mejor ciudadano. hábito deLuego, inculcar en las masas el en todas])ensar bien, único secreto del acierto decir, sugerir subditoslas cosas. Quiero á y mandatarios la necesidad indispensable de la obediencia, diada en aquellos á la convenien-í cia del orden, 3' en éstos á la de la responsabi- lidad; de manera que se cunq^liera el deber sin \'humillación, se gobernara sin jactancia bíijo la sanción bienhechora de la le^^ El buen sen- tido político se extendería en breve á todo lo demás: habituados los hombres á dar con la dificultad, buscarían hallarían el medio dey vencerla, este ejercicio continuo de sus facul-y tades haría el esfuerzo pro-que la conlianza en pio, la fe ciega en los de la economíai)rodigios la industria altivez ser libre, fueranla dely y en el las virtudes predominantes. Entonces sólo entonces sería el ])ueblo so-y berano, porque pensaba 3' era libre: entonces, sólo entonces tendrían bases firmes la Carta,y el i)oder 3' las instituciones: el tiempo solo no ])asta consolidarlas, como muchos sei^ara iniíiginan; ])ara ello es menester que se apo3'en en la oi)inión i)ública, 3^ que estén en armonía con los hábitos é ideas, con los usos 3' las cos- tumbres. Estos principiíjs políticosincontestableseran desconocidos á la mavor ¡Darte de losrei)resen- tantes; los que no los ignoraban, cuidaban de no exponerlos, dominados i)or la ambición, ó retenidcjs por el temor á la jDrimera autori- dad. Con el tiempo el sufragio fue la más augius- tade las i)antomimas, 3'los congresos, la ])aro- INDEPENDIENTE 5 día solemne (le lo que debía ser una represen- tación. El pueblo no se acercaba á las urnas: la canalla envilecida movida por las autorida- los candidatos satisfaccióndes, nombraba á del gobierno, los vivas incoherentes \^ des-y templados de la embriaguez hacían las veces de las aclamaciones expontáneas de la demo- cracia. Muchos de los diputados eran extraños á sus provincias. No conociendo susnecesidades remediarlas. cargos eran feu-no podían Los del ejecutivo, imposiciones del poder dedos ó la política, que revelaban el cinismo del tutor el pupilaje degradante del comitente.y Pervertido el voto popular, la historia se re- dujo á una sucesión de elecciones nulas para exaltar por su turno á los caudillos políticos; audaces unos, afortunados otros, ignorantes todos de que el apego á la ley es el secreto de la gloria de la de-postuma la salvaguardiay mocracia; 3' que entre los esplendores del man- do que requiere tantas virtudes, los temoresy de la responsabilidad que solo inquieta al que se respeta, es preferible la privanza en que con pocas podemos adquirir un nombre ilustre, fundar una familia virtuosa, distinguirnosy como un buen ciudadano. era lamásLa gente vulgar sin principios,y solicitada para representar una provincia que solo de nombre conocía: el hombre honorable, digno é independiente, era un fantasma para los pretendientes ó los mandatarios; estasy vilezas é iniquidades eleccionarias, nos dan la pauta histórica para apreciar el patriotismo de los que con tan rej^robados medios se adue- ñaban del poder. HISTORIA DEL PERÚ6 honiljresrepresentantes, en general, eranLos ajenos á la altura de su puesto ávulgares, y un ])ar-altivez de la dignidad: seafiliaban ala conveniencia. Hn-tido, solícitos de la propia enipujados por un go-traban á las cámaras que se discutiera un principiol)ierno, \'a seay público, civil 6 constitucional, elde derecho á su círculo, no al país, te-voto i)ertenecía y niendo en más las miras políticas que el amor la verdad á los principios de la ciencia.á y Las conveniencias del partido estaban por en- cima de los intereses de la ])atr¡a. no anidaban enLa hidalguía la sinceridady santuarioel legislativo. Lejos de ser éste el de del bien común, era lalas leves, el laboratorio fundía la ambición; el corrillofragua en que se sistemáticamente ])oren que se ]:)rlncipiaba desprestigiar al poder para forzar la revuelta; el conciliábulo en fin, en que se hacía alarde de patriotismo de respeto á la lev, por los quey sólo esi)eraban la varíi del mando para escar- necerla ])isotearla.y Los nomljramientos para los altos puestos ]nieden dar uníi idea clara de la indiferencia del gobierno por la cosa i)ública, de la esto-y lidez de los rei)resentantes. Un coche ])or semanas ó un par de zapatos eran el gasto obligado del pretendiente. Ja- más con(jcí ningúná representante á cpiien se le ocurriera, que su intelectualidad el decoro,y la dignidad del cargo el bien le im-del país,y l)onían el deber de rechazíir semejantes visitas. Ninguno parecía darse cuenta, que el verdade- ro mérito se esconde nodesciendejamás has-y ta la sújjliea, cuando se trata de discernir un cargo público.
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