Historias misteriosas de los celtas
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Historias misteriosas de los celtas , livre ebook

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Description

La influencia de los celtas y de su tradición —el celtismo— es considerable en nuestra civilización occidental. Procedentes en particular de Bretaña, Irlanda, Escocia o Gales, las leyendas, canciones y, en general, todas las formas de la cultura celta gozan de una extraordinaria riqueza y, aún hoy, de una sorprendente vitalidad. Run Futthark nos lleva a descubrir a los celtas y nos revela sus fabulosos secretos: sus misteriosos orígenes, los dioses de su abundante mitología, sus grandes figuras legendarias (Tristán e Isolda, Arturo y Ginebra, Merlín el druida, Morrigan y Morgana, el rey Gradlon y su hija Dahut...). Por otra parte, nos invita a descubrir la asombrosa modernidad de esta tradición, a salir al encuentro de los nuevos druidas y los nuevos bardos, que han tomado hoy el relevo de los viejos sabios de antaño para enseñarnos los grandes misterios de la naturaleza.

Sujets

Informations

Publié par
Date de parution 23 juillet 2012
Nombre de lectures 0
EAN13 9788431552718
Langue Español

Informations légales : prix de location à la page 0,0247€. Cette information est donnée uniquement à titre indicatif conformément à la législation en vigueur.

Extrait

Historias misteriosas de los celtas
Run Futthark





HISTORIAS MISTERIOSAS DE LOS CELTAS
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. DE VECCHI EDICIONES, S. A.


Traducción de Nieves Nueno Cobas.

Fotografías de la cubierta: arriba, Tumulus gravinis © S. Rasmussen/Diaporama;
abajo, Menhir de Poulnabrone, Burren, Irlanda © A. Lorgnier/Diaporama.



© De Vecchi Ediciones, S. A. 2012
Diagonal 519-521, 2º 08029 Barcelona
Depósito Legal: B. 15.000-2012
ISBN: 978-84-315-5271-8

Editorial De Vecchi, S. A. de C. V. Nogal, 16 Col. Sta. María Ribera
06400 Delegación Cuauhtémoc
México


Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o trasmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin permiso escrito de DE VECCHI EDICIONES.
INTRODUCCIÓN


Largas filas serpentean por una verde llanura. Los interminables reptiles ondulan al ritmo de los caballos que avanzan al paso. Forman el grupo valientes guerreros de piel curtida y brillante, bellas jóvenes de gesto hosco y altivo, mugrientos niños de corta edad. Algunos caballos de poca altura cargan con diversos objetos: leña, armas, tela de lino o de cáñamo, cuerdas, sacos de alimento... Es evidente que el viaje se prevé largo. Por la mañana, a la hora en que sale el sol, la compañía se pone en movimiento en un confuso trajín. Se apagan las hogueras, los caballos agrupados se dispersan poco a poco en sinuosas filas, en ruta hacia poniente. Estas tribus nómadas llevan ya varias lunas por los caminos.
Como aves migratorias, alcanzan regiones que no conocen, que nunca han visto, pero presienten que serán como remansos definitivos para la salvación de su pueblo. Es una especie de trashumancia magnética, recurso obligatorio para el futuro de estas poblaciones dispares, vinculadas entre sí por la lengua, las creencias, las costumbres y los ritos sociales.
De vez en cuando los chamanes consultan las estrellas, tiran al suelo un puñado de huesos y tratan de leer el futuro. Informan a los jefes y, entre todos, toman las decisiones. ¡El viaje debe continuar!
Hay que remontarse a tiempos muy remotos para hallar el origen de los celtas. Hace cinco mil años, unos clanes heteróclitos abandonaron una región del norte de Eurasia. ¿A causa de un cambio de clima? ¿Por el ataque de otro pueblo? Las razones se desconocen; se trata de un periodo confuso. Lo que se sabe es que en la época mesolítica estas gentes vivían de la recolección y de la caza. En el Neolítico se organizó la agricultura.
Así pues, nos hallamos en tiempos lejanos, aproximadamente en tre el año 1000 y el 800 a. de C. Durante siglos, este increíble éxodo se ha ido desarrollando por todo el continente europeo, desde las costas bálticas hasta España, la Galia y sus orillas atlánticas y, por supuesto, más allá del canal de la Mancha... Estos grupos de hombres y mujeres llegados del este del continente, en los límites de Asia, formaron poco a poco nuevos pueblos, entre los cuales se cuentan los ligures. No era una verdadera invasión en el sentido militar del término, sino más bien una búsqueda de nuevos lugares para implantarse, vivir y fundar un hogar, una familia.
A su llegada, estas tribus hallaron habitantes autóctonos zafios y salvajes, a veces más rudos que ellos mismos. Los enfrentamientos fueron escasos y, en conjunto, la integración se llevó a cabo de forma lenta y segura, en detrimento indiscutible de los primeros ocupantes, que se diluyeron por completo en el seno de los que llegaban.
Los recién llegados encontraron cosas muy extrañas. En sus caminos, llenos de baches, se cruzaron, cada vez más a menudo, con curiosas construcciones, monumentales hitos de piedra: aquí, un menhir que se erguía hacia los cielos; allá, un túmulo de entrañas negras como una caverna o, mejor, como un útero... Era evidente que unos pueblos más sabios que sus nuevos vecinos habían levantado los monolitos, pero ¿qué pueblos? Lo ignoraban, como nosotros, hombres del siglo XXI .
La extraordinaria aventura de estos nómadas estaba escrita en las primeras páginas de un libro voluminoso que no acaba de contar su fabulosa epopeya a través de los milenios. La epopeya de una civilización brillante, inalterable y persistente, pero también en perpetua evolución, con la capacidad de mantener lo esencial de sus valores intrínsecos, que tanto la distinguen de las demás. Esa civilización, que es la base de la nuestra, mucho más allá de lo que debemos (por fuerza) a las civilizaciones helénica o latina, es la de los celtas, nuestros verdaderos antepasados, ¡digan lo que digan!
LOS ORÍGENES DE LOS CELTAS


Así pues, ¿quiénes son los celtas? Es conveniente entenderse y saber de quién se habla, pues el término celta corresponde a aspectos muy alejados de la terminología etnográfica. Los celtas no forman una raza, sino una mezcla en movimiento de clanes diseminados, reunidos por vínculos más culturales y de culto que genéticos.
El propio origen de los celtas no es tan simple como pretenden algunos. Es cierto e indiscutible que la civilización celta debe mucho a las tribus llamadas indoeuropeas, pero esta versión es restrictiva y, por desgracia, se aparta así de la especificidad de ese pueblo abigarrado que se forjó una identidad fuerte y única en el mundo, enriquecida poco a poco con encuentros a través del largo camino de los siglos. En definitiva, ¡un fermento original y excepcional alimentó a pueblos distintos para formar al final una identidad única!


LOS LIGURES

Los ligures formaban una de las raíces del árbol celta. Contribuyeron a dotar a esta civilización de una industria indudable y avanzada. Eran maestros en el arte forestal, en el de la explotación de las minas y en el de la agricultura, donde el lino ocupaba una posición clave ya que, por sí sola, esta semilla proporcionaba tejido sólido, que pronto se hizo imprescindible.
Los ligures crearon las primeras redes de circulación, que favorecieron en poco tiempo los intercambios comerciales. A ellos les debemos las primeras carreteras pavimentadas, que siglos más tarde fueron restauradas por el invasor romano. L as vías romanas, a riesgo de de fraudar a los incondicionales de aquellos salvajes, fueron en realidad vías ligures y luego celtas...
Como prueba de ello, reproducimos unos fragmentos de un reportaje publicado en el diario Presse Océan de Nantes, el 25 de septiembre de 2002:

Angers-Rennes era una carretera gala, y no romana

Los romanos no inventaron las infraestructuras de carreteras en la Galia. Existían antes de su llegada. Lo demuestran a diario los hallazgos del arqueólogo Gilles Leroux, que estudia en concreto el eje de carreteras Angers-Rennes.
« Hemos encontrado una hiposandalia bajo los restos de lo que se asemeja mucho a un puente hundido... Es una auténtica pieza de museo » , explica Gilles Leroux... Esta «sandalia de caballo», seguramente de bronce, antepasado de la herradura, que mide 16 cm de largo y 12 de ancho, con hebilla delante y dos perforaciones detrás para pasar las correas de cuero, permite confirmar las hipótesis de Gilles Leroux. Esta clase de objeto era utilizado por los galos. No por los romanos...
Una carretera de... ¡2.152 años!
Gilles Leroux trabaja desde hace siete años en la historia del eje Angers-Rennes. En 1995 ya hizo grandes descubrimientos en Visseiche (35), con vestigios casi intactos de una carretera sobreelevada con estacas de madera y vigas que formaban un puente para cruzar el Seiche. Se calcula que esta infraestructura se creó en el año 150 a. de C...

Esta suela para caballo demuestra la anterioridad de las carreteras galas respecto a las del invasor, que se conformó con adaptarlas a sus necesidades con la ayuda de la mano de obra local, más obligada y forzada que voluntaria... Algunos vestigios de esas antiguas carreteras subsisten en lugares aislados y llevan un nombre encantador, ya que se conocen como «caminos de los erizos».
Algunos autores llegan, incluso, a pretender que los ligures fueron los constructores de los megalitos. No hay nada menos seguro. Los megalitos, sea como fuere, responden a unas realidades astronómicas evidentes y necesitan un saber y una tecnología que los ligures estaban lejos de dominar. Aunque la decepción sea grande, por honradez parece conveniente decir que lo ignoramos todo de esos constructores misteriosos y, además, hay

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