La Ciudad de Dios
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*^".UJ^^V.>§'••1í"'í*-:i,%-..'ip^:>A.7^^^-^yMXLa Ciudad de DiosAño XLI. I i6i—NÚM.twa-LAdeCiudad DiosREVISTA QUINCENALRELIGIOSA, CIENTÍFICA Y LITERARIADEDICADAAL GRAN PADRE SAN AGUSTÍNPUBLICADAPORLOS PP.AGUSTINOSDE ELESCORIALCon aprobación eclesiástica DE ZORRILLAVIIIEl carácter en el drama de ZorrillaZorrilla buscaba en sus dramas laleyendas glorificación delypasado, cantando a su manera el carácter nacioiial, su fantasíayhalló en Don Tenorio un personaje muy a propósitoJuan para en-carnar en él las cualidades que, a juicio de nuestro poeta, vienen aser a manera de eje fundamento sobre el cual giran se asientany ylas virtudes vicios que acompañan al carácter español.yAlgo mucho hay verdadero en esta manera de concebir el ca-yrácter nuestro pueblo; pero, side bien se mira, se viene a los ojosque hay en ello verdadera exageración, queda por otra parte man-yla concepción delca poeta. Nace, en cierta manera, este singularí-simo modo de concebir el carácter nacional, del espíritu empren-dedor aventurero de nuestros mayores. Y no es de maravillaryel hermosísimo dibujoque que Zorrilla nos dejó de ese carácter,aparezca manco o exagerado, como quiera que no está sacado de lasenseñanzas de la historia con la ayuda de escrupuloso detenidoyestudio, sino ...

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§'••1í"'í*-:i,%-..'ip^:>A.7^^^-^yMXLa Ciudad de DiosAño XLI. I i6i—NÚM.twa-LAdeCiudad DiosREVISTA QUINCENALRELIGIOSA, CIENTÍFICA Y LITERARIADEDICADAAL GRAN PADRE SAN AGUSTÍNPUBLICADAPORLOS PP.AGUSTINOSDE ELESCORIALCon aprobación eclesiástica DE ZORRILLAVIIIEl carácter en el drama de ZorrillaZorrilla buscaba en sus dramas laleyendas glorificación delypasado, cantando a su manera el carácter nacioiial, su fantasíayhalló en Don Tenorio un personaje muy a propósitoJuan para en-carnar en él las cualidades que, a juicio de nuestro poeta, vienen aser a manera de eje fundamento sobre el cual giran se asientany ylas virtudes vicios que acompañan al carácter español.yAlgo mucho hay verdadero en esta manera de concebir el ca-yrácter nuestro pueblo; pero, side bien se mira, se viene a los ojosque hay en ello verdadera exageración, queda por otra parte man-yla concepción delca poeta. Nace, en cierta manera, este singularí-simo modo de concebir el carácter nacional, del espíritu empren-dedor aventurero de nuestros mayores. Y no es de maravillaryel hermosísimo dibujoque que Zorrilla nos dejó de ese carácter,aparezca manco o exagerado, como quiera que no está sacado de lasenseñanzas de la historia con la ayuda de escrupuloso detenidoyestudio, sino ..." />
*^". UJ^^V. >§'••1í"'í *-:i,% -..'ip^: >A .7^^^ -^yM X La Ciudad de Dios Año XLI. I i6i—NÚM. twa- LA deCiudad Dios REVISTA QUINCENAL RELIGIOSA, CIENTÍFICA Y LITERARIA DEDICADA AL GRAN PADRE SAN AGUSTÍN PUBLICADAPORLOS PP.AGUSTINOSDE ELESCORIAL Con aprobación eclesiástica DE ZORRILLA VIII El carácter en el drama de Zorrilla Zorrilla buscaba en sus dramas laleyendas glorificación dely pasado, cantando a su manera el carácter nacioiial, su fantasíay halló en Don Tenorio un personaje muy a propósitoJuan para en- carnar en él las cualidades que, a juicio de nuestro poeta, vienen a ser a manera de eje fundamento sobre el cual giran se asientany y las virtudes vicios que acompañan al carácter español.y Algo mucho hay verdadero en esta manera de concebir el ca-y rácter nuestro pueblo; pero, side bien se mira, se viene a los ojos que hay en ello verdadera exageración, queda por otra parte man-y la concepción delca poeta. Nace, en cierta manera, este singularí- simo modo de concebir el carácter nacional, del espíritu empren- dedor aventurero de nuestros mayores. Y no es de maravillary el hermosísimo dibujoque que Zorrilla nos dejó de ese carácter, aparezca manco o exagerado, como quiera que no está sacado de las enseñanzas de la historia con la ayuda de escrupuloso detenidoy estudio, sino que más bien es una interpretación de esas mismas enseñanzas, hecha con verdadero amor. Diríase que el poeta, dando de lado al análisis al trabajo fatiga que la meditación el estu-y y y dio llevan siempre consigo, ha conseguido en parte igual resultado por algo así como una intuición poética, perdiendo, es cierto, el ca- (i) V. pag. 501 del vol. anterior. EL «DON TENORIO» DE ZORRILI^o JUAN que ganaba el drama en frescurarácter en exactitud verdad, loy y lozanía. Zorrilla no se apartó en Don Tenorio de la norma por queJuan rigió de ordinario su inspiración en las otras obras dramáticas: losse personajes de sus dramas están modelados en una misma turquesa, así se ve que todos, o casi todos los héroes de sus dramas, res-y falso siempre decido-ponden a ese ideal, o exagerado, apareciendo orgullosos, valientes, arrojados, extremadamente puntillososres, y que toca a puntos de honor de honra.en lo y El modelo de este linaje de héroes, llenos de inmenso orgullo de valor incontrastable, muéstrasenos, mejor que en cualquieray otro, en el famosísimo Don Juan Tenorio, sujeto preferido siempre del vulgo. El tipo de Don Juan recibió ya en un principio admira- hermosura manos del Maestro Tirso; a mible perfección dey y, tratar nuevo la interesantísima leyenda de Donentender, al de Juan seguro que Zorrilla no se propuso dar mayor perfecciónTenorio, es carácter primitivo. Y es para mí cosa cierta averiguada, con-al y tra lo que el mismo poeta asegura, que ni siquiera se propuso por modelo verdadero el Don Juan de Tirso, apartándose de él en cosa tan principal, como es la solución desenlace de la fábula.y al a su fa-Pero, lo que está fuera de duda, es que, dar cuerpo Don procedió nuestro poeta con igual descuido conmoso Juan, y no menos irreflexión que en muchos otros de sus dramas, sin parar- a profundizar desentrañar el carácter. Verdad es que nuncase y tuvo pretensiones de mostrar en sus obras sutiles análisis psicoló- gicos, ni tenía grandes cualidades para ello, si hemos de ser verda- grandesderos; en lo cual tenía ciertamente grande parecido con los románticos de su tiempo, puesto que a ninguno de los másingenios celebrados dramas de aquellos ingenios ha de irse en busca de no- tables delicados estudios de psicología, ni siquiera lo que en nues-y tros días se llama color local. Búsquense en ellos, que ciertamente se hallarán en grande copia abundancia, situaciones dramáticasy teatrales admirables, pasiones arrebatadas, alter-bellísimas, recursos
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