Poesías de Antonio Plaza

Antonio Plaza, Juan De Dios Peza, University Of Illinois Urbana-Champaign

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• Langue: Español
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'>i>^-' »-',''.'.-''' ' ' ^- .' ¡^'? \/• -..-/• ¥^:: -•r;---U>¿^*':-DEL CORAZÓNÁLBUM de Antonio PlazaPoesías \ DECON UN PRÓLOGO PEZAJUAN DE DIOS BUENOS AIRES^-'W?¡W -'-• -V ,^- T- ; -h^-Ig99 ANTONIO PLAZA Ser poeta, según afirma tm escritor de fama, es sentir liondo, vulgo llama%- pensar alto hablar claro, cuan pocos de los que ely y !l poetas han cumplido con estas raras condiciones. son escuela:^; muchas las exi-En materia de Arte, muchas las gencias de los críticos; las reglas que imponen los maes- tros, sin embargo, lo esencial en el artista no lo dan les libros,y, ni lo pueden repartir en las cátedras, ni se sabe en qué estriba el secreto de posesión en el individuo: la inspiración inmortal su-^ y -- •blime. . ^v Aquel á quien no conmueva la hermosura, ni le cautive el sen- timiento, ni le seduzca la más franca expresión de la forma, no será un artista. La Belleza, decíaSan Agustín, 63 el esplendor del orden, con-y Ürma esta definición la perfecta armonía que resplandece en todo unaBasta columna, un frontón, un relieve cubierto por el jara- mago ó la yedra silvestre, para adivinar el conjunto de un templo^ ^ griego; sea elya Partenón con todas sus tradiciones gloriosas; ya el augusto santuario de Júpiter, de aquel dios de cuya cabeza na-^ ció Minerva,derramando la laz de la sabiduría ec los cerebros hu-^ manos. ' " '--•í^''..-^ :',t.-.-.>..- ' - : 'O4 POESÍAS Los poetas primitivos no tenían otro cuadro la Naturalezaque para desarrollar sus concepciones, por esto son originalesy y asombrosos. Ninguno copiaba modelos gastados ó envejecidos; pues la Naturaleza, ese monstruo que, según La Bruyére, goza en devorarse sí mismo, noá envejece nunca, en cada nuevo sol, lay, aurora; el Océano; la soledad imponente de los bosques; las mara- villas del cielo, sereno ó tempestuoso; los crepúsculos; el canto de las aves que convierten arpas nie-en los árboles; el volcán con sus ves eternas; las montañas con sus ventisqueros pavorosos, lasy llanuras con alfombra de mieses cuajadas de espigas, todo cuanto decora puebla nuestra viviendipi. enuniversal, parece que nacey las montañas para esconderse dormir bajo el manto estrelladoy la noche. Admirablesde son los esfuerzos del que logra con el es* tudio cincelar lo mismo el mármol que la armonía ó la palabra, Habrá en sus obras todo lo que las reglas previenen; todo cuanto. los autores aconsejan; pero si le falta el alma, la inspiración, el delicado, no nisentimieoto más puro arrancará una lágrima, unay sonrisa de bondad, ni un suspiro de arrobamiento se conformaráy el aplausocon esta única recompensa: frío de ios doctos. moderno; el cantor de las miserias presentes, losEl poeta de vi- cios de nuestra sociedad, de las pasiones de nuestras almas nutri- corrupción de incredulidad incomparables; eldas ennn medio de y las decepciones, del desencantotrovador de las dudas, de actual, académico ni el «visto bueno» de las Universi-no busca el sillón lanzasufre. Ee duele, se plañe, sus cantos á los cuatrodades; y el de ser comprendido por losvientos sin otro afán que que, como encuentra enfermos de idénticos males.se^1, Antonio Plaza, el aplaudidoYo traté íntimamente á autor de los aparecen coleccionados en este libro. Eramos él yosrersos que y la diferencia de edades. Acasodos amigos, no obstante le fui in- en mi primera juventud fui un desenoantadoteresante, porque á deleitaban los cantos orgiásticos las dudas incural^s..quien y Estado deAntonio Plaza era oriundo del Guanajuato; nació en 2 de Junio de siendo sos padres don MaríaApaseo el 1833, José Iidoña María de la Luz Llanas.Plaza y de niño á México, ingresó el Senñnario Conci-Enviáronlo é en sólo se cursaban las «arreras Eclesiástica de Juris-dondeliar, y prudencia. 'íí ..^_/:w;^^e.— •>^ DE ANTONIO PLAZA 5íi~ nifto era precoz liberal por instinto: así es que de aquellasEl y Manuel Romero Rubio,aulas, de donde salieron Juan José Baz, tantos otros patriciosJustino Fernández, Manuel Fernando Soto y de renombre, á defender la Constitución de 1857 las leyes de re-y forma, él salió para alistarsa como soldado en las filas progresistas retiró con licenciaen ellas sirvió hasta el año de 1861 en que sey con un pie inutilizado por una bala cañón en pleno campo dedey " ' ^ - ;:-' "': -, r' /i^^- i^'.v:- --•^r': -^V:: :batalla. Plaza esgrimió la pluma del periodista, defendiendo las nuevas ideas, sus trabajos llenaron ]as columnas de El Horóscopo, Losy Padres del Agua Fria, La Bandera Jtoja, La Luz de los Libres El Constitucional, La Orquesta,'La Pluma Roja, San Baltasar, La Idea La Revista Mexicana.y periódicos,Estos en su mayor parte, eran las hojas volantes que encendía el fuego de la libertad en los corazones impulsa-quey ron poderosamente el movimiento revolucionario que modificó los destinos de nuestra patria. -,; ^ :.U r í^V En 1862, con el grado de teniente coronel, ingresó en el Depó. •de Jefessito Oficiales asistió después á las campañas de Quey y rétaro, de donde vino con el ejército á la capital en 1867. ¡Ah, pobre amigo mío! Era yo un estudiante cuando me deleita ba con repetir algunas de sus estrofas: «Era mi corazón cáliz de llanto; del mundo en vaivén V.el quedó -vacío, ' aunque risame da mi desencanto _ ., y \^ me duele el corazón euaado me río.» r:' " , , aquella quintilla todos deY que nos sabíamos memoria en el co- -: tlegio: " ^ ilusión vertiginosa ' ";^ «Mi . ^- • .,- ' ' "> ''castigó el Supremo Ser; _'í,,.-^:; ; "- - porque en mi fiebre amorosa formé imbécil una diosa •#> de quien aólo era mujer.» las amargas negras decepciones,Cantor de sin ot*^ encantoy que el de enconar sus propias heridas, de las cuales «iemure ma-' - G poesías tiempo,naba i?angre, lo velamos, como los jóvenes españoles de su han de haber visto á Espronceda. sePocas son cosas de vivos matices aromas delicados quelas y por-pueden encontrar en el búcaro que forman sus composiciones, de la forma ni le entristecía le motejaranque no se cuidaba que por escéptico. Era exclusivamente cantor de sus propios sentimientos; parecía hie^insensible á todo atractivo humano, mojaba la pluma en lay los trazar fuego, susde desengaños, para así, con caracteres de más amargas concepciones. no escuela;Muchas veces me reveló que obedecía á preceptos de que nunca pudo nutrir su espíritu con la lectura de los grandes maestro,s que, á semejanza de las aves, cantaba porque teníu lay necesidad de cantar, sin importarle que la Gloria le diera sus lau- el crespones.jos ó Olvido le envolviera en sus luctuosos Amaba inmensamente á sus hijos, de los cuales, Edmundo, el mayor, quien dedicó sentidísimos versos, acaba de morir el 21áy de Noviembre último en Yokoama, pues era nuestro Cónsul Geno- ral en el Imperio delJapón. t Plaza esmuy popular, porque ha tocado la llaga que corroe los ha dicho, con una valentía digacorazones, a de su tiempo, en I03y altares cristianos, delante de la imagen de María: «Aquí me tienes á tus pies rendido, nunca mi rodilla tocó al suelo;y porque nunca, Señora, le he pedido ni amor al mundo ni piedad al cielo.» ¡Poore amigo mío! Lo encontraba yo^ tarde por tarde, jamásy -le vi doblegar la frente ante la miseria. En los últimos meses del gobierno de don Sebastián Lerdo de Tejada, cuando á todos los escritores de oposición se les perseguía se les encarcelaba, le dije, pensandoy que asi aliviaría sus pe. narias: —Antonio, ¿por qué no fundas un periódico? i —¿Para qué?—me respondió.—Combatir al gobierno será con- en presidiario,vertirme adularlo, en estosy momentos, sería tanto :rf^^C'¿"' ztbüi^j'fiiji-.íJLit^:..X ^^x- DE PLAZAANTONIO innliza la navaja se des-como afeitar ¿ un cadáver: se mella é y prestigia el barbero. ,,v^.:'; Y siguió resignado pobre hasta el 26 de Agosto de 1882 eny Susque murió, dejando huérfanos ¿ tres hijos. funerales fueron muy cuerpo en el panteón del Tepeyacmodestos; sepultaron su (Villa de Guadalupe), como era natural, los periódicos le consa-y, graron artículos llenos de sentimiento. recorrido dominiosLos versos de Plaza han los españoles, al-y gún encanto irresistible deben de entrañar, puesto que son tan buscados. -,:'.:' :¿2; Dijo lo que sentía, herido por el mundo; desdeñado por la so- ciedad; minado por el hastío, el que lea sus composiciones, tieney que recordar, al juzgarlas, que son amargas amarillentas,y por- que así ha hecho la Naturaleza ¿ las flores que crecen en los ce. menterios en las ruinas.y ¡Duerma en paz el poeta escéptico adolorido! Yo encuentroy de- trás de cada estrofa suya una lágrima, como su amigo, la en-y, jugo la comprendo, -í;y Juan de Di.s PEZA 1899. j^^'