La Puerta de Bronce y Otros Cuentos
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The Project Gutenberg EBook of La Puerta de Bronce y Otros Cuentos by Manuel Romero de Terreros, Marquís de SanFranciscoThis eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with almost no restrictions whatsoever. You may copy it,give it away or re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included with this eBook or online atwww.gutenberg.netTitle: La Puerta de Bronce y Otros CuentosAuthor: Manuel Romero de Terreros, Marquís de San FranciscoRelease Date: March 22, 2004 [EBook #11669]Language: Spanish*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK LA PUERTA DE BRONCE ***Produced by Stan Goodman, Miranda van de Heijning, Paz Barrios and PG Distributed ProofreadersMANUEL ROMERO DE TERREROS Y VINENTMARQUES DE SAN FRANCISCOLA PUERTA DE BRONCE Y OTROS CUENTOS1922Sentado en un amplio sillón de velludo carmesí, al lado de ancha ventana, el Cardenal de Portinaris estaba dictando sutestamento. A la primera cláusula que contenía su profesión de Fe, había logrado dar un giro distinto del acostumbrado,de manera que a la par de un compendio de la Religión Católica resultaba un verdadero opúsculo literario. El Prelado,muy satisfecho, prosiguió a enumerar cada uno de sus bienes, y al hacerlo, parecía que iban arrancándose las máshermosas páginas de la historia del arte. El notario escribía a toda prisa y, a pesar de estar muy acostumbrado a esegénero de trabajos, se fatigaba en grado sumo, y gruesas gotas de sudor aparecían sobre su calva frente ...

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Publié le 08 décembre 2010
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Langue Español

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The Project GtuneebgrE oBkoo Laf ue Pa rt Bdecnor y eortOuC ss byentouel  Manord oRemrrre eeTrqMa, os Sdes uíicnarFna sihTocsf rot ehBeoo ksianyone a use of n taoc ohwyn ereh itmoal ast wndtcoitsir oertsn r. Yoevehatsns wg,ti ypoc yam uo rory wa aite ivt ehsmre fo  ehtuse-ite nd u ter giLecsn enilcduProject Gutenberno ro kowta enilh it wedBo eisthutenww.g.netbergdu oevllse,íacmro simpli de llónodatneSa nu ne rasie tsba aidtcrdenal de Portinev anatne ,aaC ll  adolae  dchanfesi proa suteníc noq euusallcuáa erimpra  l Ao.tnematsetus odnabrado,de acostumniotd leri oidtsr da gungrloo adah , aíbd nóeF erdadn veba uultal tiucolposúre olare PEl. ioarerhcefsitas yum,odque a la manera nuc moepp rad  e Rlaigelionde  dacilser  nóiótaC auqerícnaa  ebicándrranlas ose omrehsámigáp sas ldes naorsthia ,op orisugóia e numerar cada uno ed  susneib ,sealy ac hloerpa, d orenégese a odrambtuosacy mur arodneg ba atagise fos, abaje trrcseaíbiaton oire.rtl  E dia aeld  eseata p seraprisa y, a toda asuluslámilire pdanimreTc sal saizo al hpausuna ,se anerdrne laCot g dassue r domus y ,ourg sasesu calva frente.paraceaí nosrb ee  dntgevierrodelerP oday ,e le Plaza dedio. La re anuh  luDuq e vlae  désavtra utse us edanatnela mgió diria y tn eagem aavridaon lirates osap eló añ ploueor pruir ólaúg nseapcio de tiempo; erac ed ry sejauresonatpescanTr. aíc esug aivnol el ista venir y ?ai snnimEnineico.¿Si, a calladamreícennedrp la eroCal cienPea?mEniíS ,:e¿emtnmidaó tíservinobf rop y ,secev siaar vteenfra  lerplejo; no enco soRas sseatabp taanar M díalae B allísa aciS ed Diáenal de conoq eue araCdre  l.Ldoraetadrdvea un ed óul le ovende Fabro, el Co oosrbnis  unúciíaabar m, is hsetroPranioici ed  añoincea quhacíci amAré o ahcdanor netea o ltuev aíbahes on y sbmar reheredor .ntraba aquién noal eám sse sralcemMio br ude dnasoacedT oc nan ,as fecidias amilpertsuli:einegormier télu  sbanacitidea l. éin Mrtsid soolpiitámcos y agentes cosnlurase ,op rámigeravs esonciuacih euq n ,narei
Produced by Stan Goodman, Miranda van de Heijning, Paz Barrios and PG Distributed Proofreaders
1922
LA PUERTA DE BRONCE Y OTROS CUENTOS
MANUEL ROMERO DE TERREROS Y VINENT MARQUES DE SAN FRANCISCO
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Title: La Puerta de Bronce y Otros Cuentos Author: Manuel Romero de Terreros, Marquís de San Francisco Release Date: March 22, 2004 [EBook #11669] Language: Spanish
*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK LA PUERTA DE BRONCE ***
habían podido proporcionar ningún informe, y todo el mundo consideraba que el Conde había muerto. Desde sus primeros años, don Fabricio había dado pruebas de un carácter indomable, su bolsillo fué siempre un pozo sin fondo, y no era secreto para nadie que sus locuras habían conducido a su madre a un sepulcro prematuro. Los ojos del Cardenal se empañaron de lágrimas y durante largo tiempo estuvo pensando a quién nombrar heredero. Sabía que las llamadas obras de beneficencia poco podrían aprovecharse de una fortuna que consistía mas bien en objetos de arte que en bienes materiales, y dolíale el alma al pensar que éstos fueran a parar a manos del anónimo e insípido personaje que se llama el Estado. Decidió por fin legar todo su caudal a algún amigo, y resolvió hacerlo a favor del Príncipe de Sant' Andrea, prócer bondadoso y magnánimo Mecenas. —Instituyo por mi único y universal heredero, empezaba a dictar el  Cardenal, cuando sonó leve toque en una puerta. —¡Adelante! exclamó el Prelado, y apareció en el umbral un sirviente vestido de negro. Adelantóse éste y presentó en una salvilla de plata una tarjeta, que el Príncipe de la Iglesia tomó con cierto gesto de enfado. Si al leer en ella: "El Conde Fabricio de Portinaris" experimentó alguna sorpresa, pudo dominarla en seguida, pues con tono tranquilo dijo al notario: —Ramponelli, mañana terminaremos. Puede Vd. retirarse. El notario recogió sus papeles, metiólos dentro de un cartapacio, y con éste bajo el brazo, fué a besar el anillo cardenalicio, y salió de la estancia después de hacer profunda reverencia. En seguida ordenó a su camarero: —¡Que pase el Conde! Don Fabricio de Portinaris rayaba en los cincuenta años. Era extraordinariamente delgado y bajo de cuerpo; tenía la nariz aguileña, el cabello entrecano y el rostro tan lleno de arrugas, que a primera vista aparecía estar sonriendo continuamente. Al verlo entrar en el estudio, su tío ni se inmutó ni se puso de pie: sólo dijo secamente, dirigiendo involuntaria mirada al retrato de César Borgia que pendía en uno de los muros. —No esperaba veros más, sobrino. Creí que habíais muerto. —Aun vivo, Eminencia, repuso el Conde sonriendo, e hizo ademán de besar la mano del Prelado, pero éste la retiró  disimuladamente indicando con ella una butaca cercana. Tomó asiento el Conde, y después de unos instantes de embarazoso silencio, dijo: —He llegado esta mañana, y creí de mi deber, antes que nada, saludar a vuestra Eminencia. —Os lo agradezco, contestó el Cardonal, tomando polvos de su tabaquera de oro. Y, decidme, prosiguió, ¿encontrásteis en el Nuevo Mundo todas aquejas cosas que aquí echábais de menos? ¿Aquella libertad, aquella cuantiosa fortuna, aquella igualdad encantadora entre los hombres, aquella (aquí sonrió el Cardenal) verdadera democracia? —Encontré en el Nuevo Mundo, Eminencia, lo mismo que en Europa. Quince años he vivido una vida angustiosa, y hoy vengo a impetrar vuestro perdón y a morir en mi país. Fué tal su acento de sinceridad, que el Cardenal se puso de pie solemnemente y bendijo a don Fabricio de Portinaris. Era la hora del ocaso y los rayos del sol que se ponía hacían más intensa la roja vestidura del prócer. Al principio el regreso del Conde fué escasamente comentado en la Ciudad, porque había casi, desaparecido su memoria. Pero pronto volvió a hablarse de él, porque el Cardenal de Portinaris, a pesar de su robusta salud y no avanzada edad, decaía notablemente, y un mes después se hallaba al borde del sepulcro. No faltó quien hablase en voz baja de sutiles venenos traídos de América y alguien recordó, en plena tertulia, que los Portinaris descendían de Cesar Borgia. Al fallecer el Prelado y abrirse su testamento, se supo que había legado todos sus bienes a Don Fabricio. El nuevo Príncipe se ausentó enseguida de la Capital, y estableció su residencia en unavillacercana, en donde llevó una vida retirada y tranquila. A las pocas personas con quienes trataba, refería que estaba escribiendo sus memorias. Pero pasados algunos meses, decidió regresar a la Corte y allí se dijo que pensaba dar grandes recepciones en su palacio, pues deseaba contraer matrimonio y llevar la vida que correspondía a su clase. No viene al caso hacer una reseña del Palacio de Portinaris, porque ha sido descrito mil veces. En toda obra referente al Arte del Renacimiento ocupa preferente lugar, y es conocidísimo aún de las personas que jamás han visitado la Ciudad Ducal. Baste recordar que, entre las innumerables obras de arte que encierra, quizá sea la más notable la hermosa reja de entrada, labrada en bronce con tal maestría, que todos están acordes con atribuirla al autor de las puertas del bautisterio florentino. En los tableros inferiores se destaca, en alto relieve, la historia de aquel Hugo de
asta hora muyavaznda.aE  lavts o elósun ab getina ,ecse ibirh ,ra coísim, y midaéu sedpssnatesi e,chnoa ab Fon dot oicirregil óm,ry s lóedcsnaasoírse elo podía erbm es res udivrati adobíharea elcn oisufdnp ora la todpuesio,  abatse oicifideás meln  edomisuy alcah elregla o mpmóton  eerle,ey abtsnaett eiribió el Príncipatrac alcse euq La. elapé fua rg aoslpmulep rb eguea ras la r de pnasoerióig u aal ,rid rg eedna un sobrentro deemitodd h barealdes uéspdey , tenemasodadiuc ólba doin lor fs. Poienerccc ronusa e yo,omn  eróntaramácaldamall ,l Paa dealixpa Cuq eot , aisahíbas práo dopia  lgralag aíreled al Poniente, segudi oeds  uamoydrnatse sámedsal eioacal pel dascitn eavemalit ,ers pePocoia. sobratserap d odupsitomio.risua or dílisamy E ara pmrencia d, a difeuclae  lrPníe  l, morico portivod sal a up ,sámea  lpeciióirefprl  axeroanab n yro ricos mueblesped ofala dnógel telhoecar cíaece Juas dsnuds deejer yumel snáegllueAqo.chleu  sedsed onamoR oilal mayornriendo d ji oosse ,ocomo nds loarstie vreuqe aíomodon , dejbríae hamentaiod nrclaúgda oz,lua  laragapa aditrevdani euq aresueltla puert  ys¡ emaneet , edaeln nc edienbA . óirtse oidu ,ocllnót ba nusra aaqueta ebier us óleh !ergnasa adntSesil  eenl  aziuqeidr ane ademán de tomaral nnam ed ohcer ya,os led ddeosanitroP ed lanedar Cel dragufir órecalp sa ellbá, halvoss po unoiaíbum suq íah ee.ntre Cen lmetasá ,idojv resom esperabaris.No ó,uy hiondmala lod ,rorrcirbaF ndel esa r temayo ,osreot.orPrbnio erdinaace íauds soivrietnep ;s mayordomo y otr onea tl aov zlaarlgpe a dnavue diseetnedillr ,oepública en la Rcu.oS ded leP náarcrlaa a nípoisc ,alralles y alujó  dibo seuandu antsor uornes pxe iserd nóos ererp ysae  dedmi.oE  lagibenets ehallaba contigutse la oeuq oidu síaab hl deo idnelaaCdrlaa  , y el lzarcipePrínesll,on cs aed lza en bu la cabereupd ated o al rdpoajebó ote qutsnaale uqlenoa ón ccacimunie co ayar etnallirb na uíavee  sa,cicio, pasados algedl zuD.noF bairsoe esbrtoallo, sonusni tnatd sea sohastr; ynreiodimrg ó e yansrtoensi ar aiar pótnavel us ed esrte de luella pa oop rqalec euprpar r santóitaened yidicagle ,odte damenemadextrre aic obairnoF  do,chdis moheo moC .asac alleuqreaía abdnnoraa s atoda costa qub soorra,seteup iralor pnt e lreali ib óeds ed aaciósperoncin, cne ,nif esed us trmelímior p yo,seup ,ated ymocs pbasare hselaald lerPní aacebazoratada cipe, amdartne al a abar Lo.cilapal dea  eucosd cnru eoclomee agos srios l.Amaa ugdra adugistneie ,emrone habíamayor espcaoie tnere llsosb eás my,s toelnoc rop tneiugisja, a reue len qraorsob renaet sueeqrscidee edpu ,ójab rovap ore a lrrióy cora, acel ase,ól r doo erdinaabit pa,otrerg ! ,oibliGn verdadar, y coc noetts euqreaís al ed  lairoñeas lenn asedóv brean,oB J ludr,oión.manstoni¡Ancer irroal óag sns eauu lixi yo,seq eur temuabablerías dando vocrom orp  ;eparab querzossfueás eol odupon ,ozih n  ulaerov margrd  eapale tnaradiso abricio y qu atrb edal reup lae er cncroque peroos, ie o nad sedaíusredaespsesoc vasrrtee  dcrecA.roal a esólamar al conserj.eG ardnseg loepdis enó u  serpuc ata nosabmnam provuya al, erbi auce tsdas ladideo adgrseerac hoisaco l la ,senca. Inútil nos pnet do aalc moramucodani sd,o ins on olórtneal eol ss  inaotnós  vartro,inisre MdaP lE .odatruH read Peln  esebaóie  nims reold uebas detico; prerbmcárpu odoh nnt atoe y,hara esiniM erpmoc ort cbabaroisat sonañan eamujind  en quo, e Pade elne smle p sedasahao a bídosiuc mafccói nuq elec onsumo de patata abaharcmao ntieoc,etnemelbarimdque cir e deareccemiatlb lseqaeuor fbamaden ue qa anrgelrap U.etaba a lamo cuadrtsticuóig ar nnIntmelae eg dlaolalecm odsigalartortinaris por elicnód  euHogd PestTeo ndtaraerafdaipsed alrO oda.o so,soj,setl y  bosroarnt e dretisap,ral saó brosele de saltándrelbat le rorretn cor ramin íaecc nibaaíith birel Gh cuan elo, e yxerpseói niruseña. Decíase que ne j usnevu dutvotura t cto lonsusasaM ors  ,epl fui ta casé elúgnin ,ooibasernloele  dnávidi aadre MinEl Pl  aaCassirt oedoscie  de  dviNo aíñJ edC alapmodal Espa en esús ,edñeníepuqre adoralocoo tros r ocnalb ollebac,s ne euqatreup uao in v
UN HOMBRE PRACTICO A AGUSTIN BASAVE.
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