Parnaso Filipino: Antologie de Poetas del Archipelago Magellanico
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Project Gutenberg's Parnaso Filipino, by Eduardo Martin de la CamaraThis eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and withalmost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away orre-use it under the terms of the Project Gutenberg License includedwith this eBook or online at www.gutenberg.netTitle: Parnaso Filipino Antologie de Poetas del Archipelago MagellanicoAuthor: Eduardo Martin de la CamaraRelease Date: July 4, 2005 [EBook #16201]Language: SpanishCharacter set encoding: ISO-8859-1*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK PARNASO FILIPINO ***Produced by Michael Ciesielski, Mariano Cecowski and theOnline Distributed Proofreading Team PARNASO FILIPINO ANTOLOG �A DE POETAS DEL ARCHIPI�LAGO MAGALL�NICO Pr �logo, selecci n y notas � DE EDUARDO MART N� DE LA C M�ARA BARCELONA CASA EDITORIAL MAUCCI Gran Medalla de oro en las Exposiciones de Viena de 1903, Madrid 1907, Budapest 1907 y Gran Premio en la de Buenos Aires de 1910. MALLORCA 166 ES PROPIEDAD DE ESTA CASA EDITORIAL A LA HONRADA MEMORIA DE MI PADRE Eduardo Mart n de la C m�ara y D vila�, � ...

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Langue Español

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Project Gutenberg's Parnaso Filipino, by Eduardo Martin de la Camara This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included with this eBook or online at www.gutenberg.net Title: Parnaso Filipino Antologie de Poetas del Archipelago Magellanico Author: Eduardo Martin de la Camara Release Date: July 4, 2005 [EBook #16201] Language: Spanish Character set encoding: ISO-8859-1 *** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK PARNASO FILIPINO *** Produced by Michael Ciesielski, Mariano Cecowski and the Online Distributed Proofreading Team PARNASO FILIPINO ANTOLOG �A DE POETAS DEL ARCHIPI�LAGO MAGALL�NICO Pr �logo, selecci n y notas � DE EDUARDO MART N� DE LA C M�ARA BARCELONA CASA EDITORIAL MAUCCI Gran Medalla de oro en las Exposiciones de Viena de 1903, Madrid 1907, Budapest 1907 y Gran Premio en la de Buenos Aires de 1910. MALLORCA 166 ES PROPIEDAD DE ESTA CASA EDITORIAL A LA HONRADA MEMORIA DE MI PADRE Eduardo Mart n de la C m�ara y D vila�, � Notario que fu de Manila; � _espa ol a ultranza; humano,� fraterno y justo, cuando el serlo, bajo aquel_ "medio", _despertaba suspicacias_... E.M. de la C. y M. [Ilustraci n: PARNASO FILIPINO]� PROLOGO No te alebres, lector, al afrontar el t tulo de este volumen, � imaginando que van a servirte versos escritos en todas o algunas de las treinta y tantas lenguas vern culas del Archipi lago Filipino. Ni � � yo sabr a aderezar ese manjar, ni t � c mo catarle. Sobre que tal � � poes�a es parva, "dif cil de exponer", seg�n el ilustrado erudito de � all� Don Epifanio de los Santos Crist bal, y con la antinomia de ser � sus cultivadores, tanto o m s que los aut ctonos, misioneros � � espa�oles, en rimas "a lo divino", enderezadas a inyectar la fe de Cristo en los corazones isle os. � Los poetas son filipinos, pero los versos castellanos. Por los dedos pueden contarse los vates ind genas en nuestro romance � durante los tres siglos y pico de dominaci n hisp nica. W.E. Retana[1] � � nota tres hasta 1896: Atayde, Paterno y Rizal. Hubo algunos m s: Seva, � quejumbr�n cantor de Charing (que aqu dir amos Rosarito); Manolo � � R�vago, en n mer�os de pura ortodoxia; Juan Caro y Mora, Herm genes � Marc , Isabelo de los Reyes, etc� tera, y ciertos bardos de ocasi n � � aspirantes a la l urea en los cert menes� patri ticos y religiosos, � � mocer�o casi siempre adoctrinado en el "Ateneo" de la Compa a. Hasta �� 1898, a �o l m�ite de nuestro se or o, fu me i�que la falange� � � versificadora, Motivos? Retana aduce dos: la censura de imprenta y el� desconocimiento del castellano literario por la mayor parte de los filipinos netos. Con la primera,--ejercida por funcionarios a tono con el ambiente, de patriotismo anquilosado, dignos de las covachuelas de Fernando VII,--sobra para justificar la inanidad del Arte egregio que no admite trabas ni menoscabos, s lo germinante en la gleba arada con � reja de libertad y de justicia. [Nota 1: De la evoluci n de la Literatura Castellana en � Filipinas.--Los Poetas.--Madrid, 1909.] Cuanto a la propagaci n del castellano, prueba Retana, � documentalmente, c mo la coercieron los frailes--excepci n los � � jesu�tas--contrariando esp ritu y letra de sucesivas reales c du�las � metropolitanas. Cu n poco vali la treta lo demuestra no haber finado � � 1898 sin que vieran la luz p blica composiciones de los m s altos � � metrificadores tagalos, Cecilio Ap stol, Fernando M. Guerrero y Jos � � � Palma, seguramente florecidas en aquellos retirados cen culos donde se � hac�a literatura y revoluci n. � �Est�n todos los que son y son todos los que est n? Creemos � sinceramente que s . De los "inolvidables" no debe de faltar ninguno. � Si se advierte llenura en la selecci n, enti ndase que el editor tiene � � sus exigencias y que este volumen ha de contar predeterminado n mero � de p gin�as. Por a adidura, trat�ndose de exhumar una literatura � in�dita para muchedumbre de espa oles, pide la discreci n entregar al � � lector los mayores elementos de juicio en cantidad y calidad. Poetas se hallar n capaces de medirse con los consagrados nuestros: � tales Guerrero y Ap stol. Rizal, Bernab , Recto, Palma, Balmori, P� rez � � Tuells, Victoriano, Torres, Marfori, mu stranse tambi n versificadores � � de inspiraci n y enjundia, sin desde ar� a los otros, ni a ninguno, � como expl citamente� demuestra la recolecci n de su cosecha pimplea. � Pero no queremos trocar en ndice lo que es pr logo. Adem s,� bueno es � � dejar un margen al leyente para que, con su propia solercia, espigue en el FLORILEGIO lo bello y lo galano. La poes a filipina, por la � poca de su gestaci n, brota-- en� � � castellano!--algo hostil a la Metr poli exdominadora. No pudi ndose � � evitar el idioma, esqu vanse los nicos razonables modelos, nuestros� � cl�sicos y nuestros modernos, yendo los bardos a beber las castalias aguas en los "parnasianos" y simbolistas franceses y en los modernistas hispano-americanos. En stos, singularmente. El _azul_ y � los lirios y rosas l ricos de Rub n coloran y perfuman la nueva poes � a � � ultramarina. Chispea el "anillo de oro hecho pedazos, que ya no es anillo, pero siempre es oro", de Santos Chocano. Y cu n equivocados los neo-versificadores, si as� � � creyeron librarse de hispanismo! El autor de la _Sonatina_ es poeta � excelso porque hay muchos, muchos cl sicos espa oles en su educaci n � � � literaria; y Mallarm , por s lo citar un ejemplo, es chozno de � � G�ngora!... Es poeta elegante y lapidario Cecilio Ap stol, en cuyos n meros campa � � serenidad cl sica. Bebi el licor � tico en b car�o franc s, posibles � � � divinos "alfareros" Moreas o Heredia, no nacidos en Francia. Otro vate plenamente logrado es Fernando Mar a Guerrero, "pr ncipe de � � los l ric�os filipinos". En nuestra opini n desautorizada es el � exponente etnol gico, el poeta malayo por excelencia, el que m� s � hondamente siente su raza. En _Ilang-ilang, El Kundiman, A Filipinas, Bajo las ca as_... vibra aquel alma tagala tan incomprendida, psiquis� sin complicaciones ni morbosidades, primitiva, melanc lica, paciente, � siempre opresa y nost lgica de libertad, nervea y con arrestos en las � ocasiones altas. Trasciende en Bernab , con muy gallardas estrofas en su obra, la � preparaci�n latina e hispano-cl sica. Tambi n en Pac fico� Victoriano y � � en Ram n J. Torres, poetas vigorosos.� Recto--disc pulo de Guerrero como Marfori--luce amplio l� xico, rico de � color. Es l rico verdadero. � Si no se repitiera! � Palma, de estro enfermizo, fu delicado, noble y correcto. � Balmori es desigual. Tiene temperamento. Sabe decir muy bellamente..., cuando quiere. P�rez Tuells ha de cuajarse. Ya da mucho. M s promete. � En la lira femenina el cordaje m s melodioso pertenece a Adelina � Gurrea, toda sentimiento y emoci n. � Y asombr rase el leyente de que no haya aparecido todav� a el nombre � del doctor Rizal, cuya soberana poes a _Ultimo Adi s_ ha recorrido el � � orbe. S , Rizal fu� poeta; pero secundariamente. Su rasgo� caracter�stico, bastante a obscurecer otras modalidades de su mentalidad, fu el de revolucionario: dentro de este amplio c �rculo � est�n insertos el cient fico, el literato y el pol glot�a. Cultiv � � todas las artes bellas, pero siempre disfrazada de musa la obsesi n de � manumitir y dignificar a su patria. Como poeta, le superan Guerrero y Ap �stol. En toda esa labor apolinea, aun sin cumplir--prescindiendo de los precursores--el cuarto de siglo de existencia, abundan inspiraciones gemelas: cantos a la patria, a la nacionalidad y la independencia, a los h roe�s ep nimos-�-Rizal, Mabini, Jacinto, Bonifacio--loanzas de lo aborigen... A las veces-- ay! con demasiada frecuencia,--y asombrados � de discurrir sobre aquel brav o paisaje, surgen "Mim ", los violines � � de Versalles y el tac n rojo. Aun la metrificaci n suele ser ex ti�ca. � � Pero hay ternuras como la de Guerrero, tejiendo su canto _A Hispania_ en el romance rotundo de los abuelos peninsulares. Los poetas de este PARNASO, por lo general, no parecen descubrir en su solar motivos de inspiraci n. Porque los encuentra, elogia Guerrero a � Marfori en el proemio de _Aromas de ensue o_. Ni el paisaje, tan � sugeridor, les tienta, de lo que se duele el ya citado erudito de los Santos Crist bal en el pr �logo a _Palomicas de mi palomar_, de Felipe� A. de la C mar�a. Acaso lamentos tales obraron como nervino sobre algunas idiosincrasias, pues Ap stol, Recto, Vald s, Marfori, en � � composiciones recientes, plasman sensaciones de aquella prodigiosa Naturaleza. Recapitulaci n de tildes. Es frecuente en los filipinos, aun los � ilustrados, el sesear, defecto emergente de carecer del fonetismo de la _ce_ sus lenguas vern culas. De ah el aconsonantar _besos_ con � � _rezos_ y _sonrisa_ con _sinfoniza_. Otro vate consuena _jazm n_ con � _jard�n_, lo que es menos explicable. Un tercero, queriendo decirle "rimador" a Rueda le dice _rimero_, cosa bien distinta... Pero no desmenucemos. En la construcci n, es anomal a reiterada la de emplear � � los varios modos de los verbos cual si tuvieran igual valor en el tiempo. Ata e� este tema de los poetas filipinos pronunci ndose por el � castellano, a otro de transcendencia nacional: la perdurabilidad de nuestro idioma en el lejano Oriente. Norte-Am rica� hizo, hace y har
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